sábado, 9 de julio de 2011

Estructura básica de los seres vivos.

Aparentemente, todos somos capaces de diferenciar a un ser vivo de la materia inerte. Sin embargo, esto parte de error de asociar el concepto ser vivo al concepto de movilidad, crecimiento o cambio que no siempre se corresponde con la realidad. Una rápida vista a nuestro alrededor nos muestra organismos, como los líquenes que viven pegados a las rocas, a los que difícilmente consideraríamos seres vivos si no los analizásemos en profundidad para descubrir su capacidad de crecimiento y multiplicación.

Tendemos a olvidar que muchos seres vivos son invisibles a nuestros ojos y en algunos casos resulta complejo establecer el límite de la vida. Los virus son hebras de ácidos nucléicos rodeadas de una cubierta protéica ¿pueden considerarse seres vivos? Y podemos ir más allá, los plásmidos son simples fragmentos de ácidos nucléicos residentes en las células ¿pueden ser considerados seres vivos, solo porque sean capaces de dirigir su propia replicación? ¿Podemos considerar seres vivos a organismos como los priones, compuestos simplemente por proteínas?
Algunos seres vivos, como los líquenes, pueden confundirse con organismos inertes,
como las rocas sobre las que se asientan.

Funciones vitales y complejidad.

La principal diferencia entre los seres vivos y la materia inerte es que los seres vivos tienen la capacidad de realizar las tres funciones vitales:

  • Nutrición: Capacidad de captar sustancias o elementos del medio externo (denominados nutrientes) y procesarlos haciendo que pasen a formar parte del medio interno o le aporte energía.
  • Relación: Capacidad de captar estímulos del medio externo, analizarlos o interpretarlos y responder a ellos. La captación de imágenes, la comunicación, la respuesta o adaptación al ambiente forma, al final, parte de los procesos de relación.
  • Reproducción: Capacidad de dar lugar a otro ser vivo igual o semejante a su predecesor. Es un sistema de paso de información a generaciones inferiores y de perpetuar esta información a través del tiempo.
¿Existen diferencias químicas entre los seres vivos y la materia inerte? Aunque los seres vivos y el resto del entorno poseen una composición basada en los mismos elementos, los átomos, existen importantes diferencias sobre qué elementos son abundantes o escasos. Por ejemplo, el nitrógeno o el carbono, que son muy abundantes en los seres vivos,  son escasos en la naturaleza.

También existen diferencias importantes en cuanto a:

  • Complejidad: Los seres vivos poseen componentes químicos más complejos que los que aparecen en la naturaleza. Las moléculas orgánicas complejas son exclusivas de los seres vivos.
  • Orden: La estructura de los seres vivos es muy ordenada y tiende a mantener este orden, frente a la tendencia de la materia inerte de caer en el caos o desorden.
En los seres vivos tienen lugar reacciones químicas, de una forma ordenada, controlada y en general compleja. Al conjunto de todas las reacciones químicas que tienen lugar dentro de un ser vivo las denominaremos metabolismo.

Dividimos el metabolismo en dos grandes grupos de reacciones químicas:

  • Catabolismo: reacciones químicas de destrucción. Provocan que estructuras o moléculas complejas se transformen en estructuras o moléculas más sencillas. El catabolismo tiene dos funciones fundamentales:
  1. Obtener energía.
  2. Renovación (turnover).

  • Anabolismo: reacciones de construcción. Fabrican estructuras más complejas a partir de estructuras más sencillas. Los procesos de anabolismo consumen energía.
Esquema básico del catabolismo.

Los seres vivos pueden entenderse como un sistema con una complejidad creciente. Veremos un esquema de esta complejidad creciente partiendo desde los átomos hasta las macromoléculas.
Esquema de complejidad creciente

En otras entradas posteriores, completaremos el esquema hasta llegar a niveles de organización superiores: células, órganos, organismos y sistemas.

Átomos y elementos.

En la Naturaleza existen unos cien tipos de átomos diferentes, los elementos químicos. El resto de elementos de la tabla (hasta los 117 actuales) son fabricados en el laboratorio. No todos los elementos de la naturaleza forman parte de los seres vivos, aunque si una buena parte, en mayor o menor medida.
Se divide a los elementos que forman parte de los seres vivos en los siguientes grupos:

Elementos esenciales o biogenéticos: Aparecen en cantidades relativamente abundantes en los seres vivos. Se consideran elementos biogenéticas los siguientes: carbono (C), Hidrógeno (H), Oxígeno (O), Nitrógeno (N), Calcio (Ca), Sodio (Na), Fósforo (P), Potasio (K), Magnesio (Mg) y Cloro (Cl). De ellos, los cuatro primeros (carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno) son los más abundantes con mucha diferencia. En alguna bibliografía se considera al hierro (Fe) como elemento esencial o biogenética, en otros se le considera oligoelemento.

Oligoelementos: Los oligoelementos aparecen en los seres vivos en cantidades muy pequeñas, pero son indispensables para el ser vivo. Existen muchos oligoelementos diferentes, siendo los más conocidos el Yodo (I), Cobre (Cu), Silicio (Si), Selenio (Se) o Manganeso (Mn), aunque las investigaciones van añadiendo poco a poco más elementos.

Aunque los elementos químicos pueden aparecer aislados, en la mayor parte de los casos se combinarán entre si para formar moléculas.

Moléculas.

Las moléculas se forman cuando dos o más átomos se combinan entre si. Existen dos grandes tipos de moléculas:

Estructura del agua.
Inorgánicas: Son moléculas más sencillas, que pueden aparecer en la naturaleza sin la intervención de un ser vivo. La molécula inorgánica más abundante e importante para los seres vivos es el agua (H2O). La vida se originó en el medio acuático y el agua supone, por ejemplo, el 70% del contenido del cuerpo humano (hay tejidos, como el óseo y sobre todo el adiposo, con contenidos en agua muy bajos y otros como el nervioso con cantidades de agua muy elevadas). Otra molécula importante es el O2, el oxígeno molecular que respiramos, o el CO2 que se produce en el metabolismo y expulsamos en la espiración.

También las sale minerales, muchas disueltas en el agua de nuestro cuerpo, o formando cristales como las sales de calcio de los huesos.

Orgánicas: Deben fabricarse en el interior de algún ser vivo (hay excepciones, como el metano). Existe una enorme variedad de moléculas orgánicas. Podemos clasificar las moléculas orgánicas de los seres vivos en los siguientes grupos:
Glúcidos
  • Glúcidos: También denominados hidratos de carbono o azúcares. Existen muchos glúcidos, siendo importantes la glucosa o la fructosa. La principal función de los glúcidos es energética, siendo metabolizados para obtener energía inmediata que permita el funcionamiento del ser vivo. En los animales, al precisar movimiento, no suelen acumular glúcidos para obtener energía, ya que serían demasiado pesados. Los glúcidos también pueden tener otras funciones, como estructural, formando parte de las membranas biológicas o en las fibras que constituyen la dermis, informativa o de marcaje de moléculas o estructuras, como ocurre con la manosa en el interior de la célula, etc.

  • Lípidos: También conocidos como grasas. Son el principal sistema de reserva de energía en los animales, ya que son más ligeros que los glúcidos. También es importante su función estructural, principalmente formando parte de los fosfolípidos, que constituyen las membranas de las células. También pueden cumplir funciones como moléculas señalizadoras (muchas hormonas son lipídicas).
Esquema del aminoácido glicina.
  • Aminoácidos: Son las moléculas orgánicas encargadas de constituir las proteínas. En los seres vivos aparecen 20 aminoácidos diferentes; para formar las proteínas, estos aminoácidos se combinan entre si formando cadenas lineales no ramificadas. Los aminoácidos son, por lo tanto, moléculas estructurales. En caso de necesidad, las células son capaces de catabolizar aminoácidos para obtener energía, aunque si hubiese disponibilidad, el combustible principal son los glúcidos.
  • Vitaminas: Las vitaminas son siempre compuestos orgánicos fundamentales para la vida del ser vivo, pero que el ser vivo no es capaz de fabricar por si mismo (al menos en cantidad suficiente) y debe consumirlo de otro ser vivo que si es capaz de fabricarlo. Se clasifican en dos grandes grupos, hidrosolubles (por ejemplo las del grupo B) y liposolubles (por ejemplo la vitamina D y la vitamina E).
  • Otros: Existen otras moléculas orgánicas importantes y que no pertenece a ninguno de estos grupos. Por ejemplo, las bases xánticas (púricas y pirimidínicas) que forman parte de los ácidos nucleicos (ADN y ARN).
Macromoléculas.

Las macromoléculas son moléculas orgánicas de gran tamaño que se forman por la unión de varias moléculas orgánicas entre si. Existen muchos tipos de macromoléculas. Vamos a ver las más importantes:

Polisacáridos: Son macromoléculas formadas por la unión de glúcidos entre si. Pueden formar cadenas tanto lineales como ramificadas. Y sus funciones pueden ser muy variadas. Pueden constituir una reserva de energía, como ocurre con el glucógeno (en los seres humanos se acumula, fundamentalmente, en el hígado). O ser un componente estructural, como ocurre con los glucosaminoglicanos, que forman parte de la dermis de la piel. Algunos son moléculas de marcaje y reconocimiento, como ocurre con los polisacáridos de la membrana de los glóbulos rojos, responsable de los grupos sanguíneos.

Proteínas: Cadenas lineales no ramificadas de aminoácidos (suelen ser cadenas de más de 100 aminoácidos, pudiendo llegar a varios miles). Pueden contener unidos otro tipo de moléculas, como glúcidos y hablaremos de glucoproteínas (o glicoproteínas), lípidos y hablaremos de lipoproteínas, o varias proteínas unidas entre si y hablaremos de proteínas complejas o compuestas. Existen muchos tipos de proteínas diferentes. Por un lado están las enzimas, proteínas encargadas de acelerar la velocidad de las reacciones químicas de los seres vivos; los enzimas son el principal mecanismo funcional de los seres vivos, controlan todas las reacciones químicas del mismo. Toda la actividad química del ser vivo está regida por sistemas de enzimas. También existen proteínas con funciones estructurales, como por ejemplo el colágeno, una proteína en forma de filamento que da consistencia a los tejidos. O proteínas funcionales no enzimáticas, como los canales iónicos de las membranas, que permiten y controlan el paso de sustancias desde el exterior al interior de la célula y viceversa.
Polipéptido.

Fosfolípidos, bicapas y micelas.
Fosfolípidos: Formados por la unión de dos ácidos grasos (de naturaleza lipídica) unida, mediante un enlace con un grupo fosfato, a una molécula orgánica de distinta naturaleza (frecuentemente será un azúcar). Son los principales componentes estructurales de las membranas biológicas. Los fosfolípidos son moléculas que poseen dos zonas muy diferenciadas, la formada por los dos ácidos grasos, que es de naturaleza hidrófoba (o lipófila) y la formada por el grupo fosfato y la molécula que lleve unida, que es de naturaleza hidrófila (o lipófoba). Esta propiedad es la que hace que formen bicapas lipídicas.
Fosfolípido.

Ácidos Nucleicos: Los ácidos nucleicos son los principales sistemas de acumulación y transmisión de información, tanto para ser acumulada, codificada y traducida como para ser transmitida a otra generación.

Estructura del ADN
  • ADN: En seres vivos eucariotas (todos los animales están compuestos por células eucariotas) el principal sistema de acumulación de información es el ácido desoxirribonucléico (ADN). El ADN es una molécula lineal, formada por dos hebras entrelazadas en forma de doble hélice. La información es codificada según la secuencia en la que aparecen cuatro compuestos químicos, llamados bases xánticas, la Adenina, Timina, Citosina y Guanina (A, T, C, G). Esta secuencia de bases ATCG se traducirá, tras la traducción del ADN, en la secuencia de aminoácidos de las proteínas; es decir, el ADN lleva codificada la información para fabricar todas las proteínas de la célula; con ello, se fabricarán los sistemas estructurales y los enzimas correspondientes, y por lo tanto vendrán marcadas las reacciones químicas que podrán tener lugar en la célula o su funcionalidad. La molécula de ADN es de gran tamaño y se encuentra encerrada en el núcleo de la célula. Todas las células de un mismo organismo tienen una copia idéntica de la hebra completa de ADN en su núcleo, pero solo expresan la parte de la información que le interesa. Por ejemplo, aunque las células de la piel nunca van a fabricar los enzimas encargados de la digestión, las células de la piel si llevan el ADN que codifica para estos enzimas; simplemente, ese ADN no se traduce nunca en este tipo de células.
  • ARN: El ARN es otro ácido nucleico muy importante. Se diferencia del ADN en que lleva ribosa en lugar de desoxirribosa (de ahí su diferencia en el nombre), en lugar de llevar la base xántica Timina lleva Uracilo (U) y no forma una doble hélice, ya que es una hebra simple (en lugar de doble). Dado que el ADN es una molécula muy valiosa e imprescindible para la vida de la célula, debe ser cuidada. Nunca sale den núcleo. Sin embargo, las proteínas se fabrican fuera del núcleo. La solución es muy sencilla, se obtiene una copia de la zona de ADN que a la célula le interesa en un momento determinado, esta pasa al exterior del núcleo y es usada (tras lo cual se destruirá). A esta copia de una zona de ADN usada para fabricar la proteína correspondiente se le denomina ARN mensajero ARNm. Existen otros dos tipos de ARN muy importantes. El ARN de transferencia, ARNt es el sistema de descodificación del ARN, es decir, el encargado de que la célula sepa pasar de una secuencia de bases xánticas a una secuencia de aminoácidos. Y el ARN ribosomal, ARNr que forma parte de los ribosomas; los ribosomas son el órgano celular al que llega el ARNm y el ARNt y a partir de ellos se fabrican las proteínas.

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